Las enfermedades forestales son, en esencia, una anomalía que merma el desarrollo normal del árbol y en consecuencia ven amenazado su funcionalidad o su propia existencia.

Las patologías que sufren los árboles están causadas por varios agentes como son los artrópodos, los hongos, las plantas fanerógamas parásitas, algunos vertebrados, fenómenos abióticos y , por supuesto, los causados por los humanos como la contaminación atmosférica.La presencia de patologías en las masas forestales juega un papel fundamental en los ecosistemas forestales dado que potencia el rejuvenecimiento de las masas vegetales y actúa como un potente seleccionador natural. Generalmente la presencia de agentes bióticos que provoquen enfermedades no se considera nociva para la dinámica del desarrollo del bosque, siempre y cuando no supere un límite que provoque un deterioro del equilibrio natural.

Dado que en los últimos años además del estres al que hemos sometido los ecosistemas naturales, hay que contar con un peligro indirecto creado por el ser humano, como es el cambio climático. Estos factores, muchas veces, nos llevan a actuar para restablecer el equilibrio.